Los lentes de contacto son una alternativa a los anteojos tradicionales para corregir errores refractivos. Pueden ser utilizados para tratar la miopía (dificultad para ver de lejos), la hipermetropía (dificultad para ver de cerca), el astigmatismo (visión distorsionada debido a una córnea irregular) y la presbicia (pérdida de la capacidad de enfoque cercano con la edad).